La lucha por los derechos de las mujeres no es un sinónimo de odio hacia los hombres, pues el feminismo busca la igualdad de derechos y oportunidades para ambos géneros. Este término incomoda, pues se ha tergiversado por los actos extremistas de algunas mujeres, pero vale resaltar que gracias a dicho accionar, hoy las mujeres pueden gozar de asuntos con los que antes no contaban.

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El feminismo permite que haya una lucha continua, por eso, se han formado colectivos de mujeres que alzan su voz frente a las injusticias y se niegan a recibir atropellos fundados en el género, asimismo, estos colectivos se han apoyado en las redes sociales para crear debates públicos como mecanismo de presión social, permitiendo que existan cambios que trascienden de ese espacio virtual a lo social y en algunos casos hasta lo legal, logrando transformaciones históricas que poco a poco destruyen los imaginarios sociales.

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En este trabajo de investigación se evidenciará como las mujeres se han apropiado de las redes sociales para transmitir mensajes como es el caso de Juliana Paucar, quién a causa de una vela, se quemó sus piernas y a partir de ese incidente, decidió transformar su contenido en plataformas digitales para concientizar a las personas sobre lo que es el amor propio, el empoderamiento y el body positive.

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Asimismo, otras han utilizado las redes para hacer denuncias y visibilizar diferentes situaciones a las que se enfrentan las mujeres en la cotidianidad, ese es el caso de Bolívar en Falda, un colectivo que tienen claro el asunto de la responsabilidad social, porque todos somos actores políticos y no se pueden normalizar acciones que se ven en el día a día, por ello, hacen contenido pedagógico en las redes que utilizan, además, acompañan e instruyen a personas que se han visto vulneradas y han sido víctimas de acoso en espacios educativos o en cualquier ámbito de la vida humana, pues aunque las mujeres representan un número significativo en casos de violación de derechos, los hombres también  han sido víctimas y para ellos también hay acompañamiento.

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Por su parte, también hay mujeres valientes, que rompen el silencio a través de sus redes personales, como es el caso de María Camila Escobar, una mujer víctima de acoso en el Metro de Medellín, quién expresó lo vivido en su Twitter. En ese espacio encontró el apoyo de muchos, pero el rechazo de otros, pues en la sociedad es fácil juzgar cuando no son los protagonistas de este tipo de situaciones.

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Por ello, este trabajo busca ahondar en las historias y los propósitos que motivaron a estas mujeres a no guardar silencio y transformar el mundo digital en uno que evidencie la realidad, aquel espacio en donde los colectivos de mujeres o mujeres de manera individual promueven sus ideales, convicciones, transmiten mensajes, visibilizan sus creencias y diversas situaciones a las que se enfrentan, dándole una resignificación a las plataformas digitales para generar conciencia, pedagogía y debate público. Porque para transformar, es importante crear espacios de diálogo colectivo.

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