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Capítulo 1

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Reportaje 

Para conocer cada parte que compone el reportaje, debes darle clic a las mujeres que están abajo ¡Pasa el cursor y entérate qué parte le pertenece a cada una de ellas!

Las redes sociales como mecanismo de presión social

Un espacio de escucha, debate público y apoyo

Foto: Cortesía

Maria Camila Escobar, quién denunció acoso sexual a través de la red social Twitter

Eran las cinco de la tarde cuando María Camila llegó al a la Estación Estadio del Metro de Medellín, después de su jornada de trabajo. Era hora pico por lo que, al ingresar al vagón, este estaba casi completamente lleno. Se sintió cansada, pues había caminado desde la oficina y no pudo evitar pensar en los comentarios morbosos de unos obreros en el camino, a pesar de que su vestimenta era formal y estaba completamente tapada. Era una situación que, aunque la atormentaba, se había vuelto cotidiana.

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De camino a la siguiente estación, sintió que alguien la estaba mirando. Dos hombres de unos 28 años, con aspecto descuidado, se fueron acercando a ella entre el tumulto.

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En un momento uno de ellos se paró detrás de ella y comenzó a masturbarse. Maria Camila sintió el movimiento repetitivo en su espalda. La invadió el miedo, la angustia, la impotencia de no saber qué hacer mientras un hombre desconocido la utilizaba para su placer sexual.

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¿Te puedes voltear?

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Fue lo único que se le ocurrió decir al darse la vuelta y mirar al hombre a los ojos. Recibió como respuesta las risas de aquel hombre y su amigo, que se burlaron de su pregunta y el tono angustiado de su voz. El miedo la paralizó unos instantes, hasta que decidió bajarse en la estación San Antonio que estaba cerca. No pudo más que correr y asegurarse de que nadie la seguía. Al llegar a la estación del tranvía paró por unos minutos y lloró, de la rabia, de la impotencia, del asco, de todo. Lloró al sentirse insegura en su propia ciudad, lloró al ver que no pudo hacer nada para evitar que la trataran así, lloró al comprender que pertenecía a una ciudad degenerada que necesitaba transformarse.

 

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“La ley 1257 de 2008: Por la cual se dictan normas de sensibilización, prevención y sanción de formas de violencia y discriminación contra las mujeres”, ha permitido que los comentarios sobre el cuerpo, las miradas incómodas y el toqueteo se puedan denunciar como formas de acoso callejero, para garantizar la seguridad de las mujeres y su libertad de expresión y movimiento seguro en el espacio público y privado.

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Aun así, Daniel Maturana, ex concejala de Medellín explica que “El acoso sexual en espacio público no está tipificado como delito, en la Fiscalía lo clasifican como una injuria por vía de hecho. No es un proceso penal, sino un tema de conciliación entre las partes donde la víctima tiene que ir a poner la denuncia enfrentando al victimario”. Esta problemática es alarmante y aunque cualquier persona pueda ser víctima de violencia sexual, el 87 % de las víctimas son mujeres y niñas, y Medellín ha sido expuesta como la tercera región del país donde se realizan más denuncias de este tipo.

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A pesar de que las redes sociales y el medio virtual permiten visibilizar problemáticas y hacer denuncias, creando un espacio de diálogo y debate público, también son espacios donde se discrimina y se violentan los derechos. El 15 % de las colombianas ha vivido alguna forma de violencia en internet y las redes sociales, y la discriminación que se observa es en un 42 % por la apariencia física y un 42 % por la orientación sexual.

 

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Al llegar a su casa esa noche, María Camila contó su historia a través de Twitter, esperando poder sensibilizar a otras personas y conocer la respuesta del Metro de Medellín acerca de las garantías que ofrecen a las mujeres o el mecanismo de protección al que pueden acudir en estos casos. No esperaba hacerse famosa. No esperaba que la apoyaran, pero mucho menos esperaba recibir insultos luego de vivir una experiencia tan negativa, que la marcaría para siempre. Nunca se imaginó que su historia sería publicada sin su consentimiento, en algunos de los medios de comunicación más importantes de la región, quedando expuesta y vulnerable a los comentarios de odio y reproche de muchas personas que la atacaron por redes sociales. Aun así, su historia permitió que muchas mujeres se sintieran identificadas y decidieran contar sus experiencias para concientizar a la sociedad de la necesidad de un cambio.

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A pesar de ser una problemática que se repite día a día, el desconocimiento lleva a muchas mujeres a aislarse por miedo a las consecuencias que puede traer su denuncia, pero los colectivos de mujeres aparecen como apoyo y guía para todas las personas que han pasado por estas situaciones y quieren denunciar a través del ámbito legal, o simplemente necesitan apoyo para enfrentar estas situaciones y luchar unidas por la justicia.

Según la Secretaría de Salud en Medellín, los delitos de abuso, acoso y explotación sexual son los más comunes en la capital antioqueña y las mujeres representan el 59% de los casos. Además, de acuerdo con la Alcaldía de Medellín el 90.1 % de las mujeres no denuncian el acoso callejero. ¿Por miedo a sus victimarios? ¿Por miedo a ser juzgadas y culpabilizadas como quienes propiciaron estos atropellos? Pueden ser algunas de las causas, dentro de un sistema que se construye día a día, y una cultura que parece negarse en muchas ocasiones, al cambio social.

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Foto: El País

Mujeres marchan en las calles esperando que sus derechos sean respetados y el acoso callejero se penalice.

¿Has denunciado alguna vez a través de redes sociales?

¡Gracias por contarnos!

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